lunes, 19 de marzo de 2012

CREATININA ALTA.


La creatinina y la urea son dos sustancias presentes en la sangre que suelen ser dosificadas cuando se pretende hacer una evaluación de la función de los riñones. En este texto vamos a explicar la razón por la cual los médicos solicitan estos análisis.


Atención: no confundir creatinina con creatina. Son nombres parecidos, pero las sustancias son diferentes. 

¿Qué es la creatinina?

Nuestros músculos necesitan energía para ejercer sus funciones. El «combustible» que genera dicha energía es una proteína llamada creatina fosfato. La creatina fosfato es sintetizada en el hígado y posteriormente almacenada en los músculos.

Nuestra musculatura está permanentemente en actividad, incluso cuando estamos en reposo. Esto significa que pasamos todo el tiempo consumiendo creatina fosfato. La creatinina es una especie de «basura» metabólica que resulta del consumo constante. Después de ser generada, la creatinina es lanzada hacia la corriente sanguínea, siendo eliminada del cuerpo por medio de los riñones.

Resumiendo este ciclo:

proteínas ingeridas en la dieta »» producción de creatina fosfato por el hígado »» consumo de creatina fosfato por los músculos para generar energía »» producción de creatinina »» eliminación de la creatinina por medio de los riñones.

Diariamente, cerca del 2% de toda la creatina fosfato almacenada en nuestro cuerpo es convertida en creatinina por el metabolismo de los músculos. Es esa creatinina resultante que medimos en los análisis de sangre.

¿Por qué la creatinina sirve para evaluar el funcionamiento de los riñones?

La creatinina es una sustancia inofensiva en la sangre, y es producida y eliminada de forma constante por el organismo. Si el paciente mantiene su masa muscular más o menos estable, pero presenta un aumento de los niveles de creatinina sanguínea, es una importante señal de que su proceso de eliminación del cuerpo está comprometido, es decir, los riñones están con algún problema para excretarla.

Si los riñones no están consiguiendo eliminar la creatinina producida diariamente por los músculos, éstos estarán, probablemente, con problemas para eliminar otras diversas sustancias de nuestro metabolismo, incluyendo toxinas. Por lo tanto, un aumento de concentración de creatinina en la sangre (creatinina alta) es una señal de insuficiencia renal.

Se estima que en todo el mundo existan millones de personas con algún grado de disfunción de los riñones; en el 70% de los casos, ni siquiera creen que pueden estar enfermos. El método más eficiente para diagnosticar precozmente las enfermedades del riñón es a través de la medición de creatinina.

Innúmeras enfermedades pueden devenir en enfermedad renal crónica, sin embargo apenas seis de ellas corresponden a la mayoría de los casos:

Hipertensión.
Diabetes.
Riñones poliquísticos.
Glomerulonefritis.
Infecciones urinarias de repetición.
Cálculos renales de repetición. 

Es muy común para los médicos escuchar la siguiente frase: «Ah, doctor, mis riñones están muy bien, yo orino muy bien y no me duelen». Esto es una grave equivocación. La insuficiencia renal crónica no suele causar síntomas hasta las fases más avanzadas de la enfermedad. El hecho de no sentir dolor en los riñones no significa nada. En general, el riñón sólo provoca dolor cuando existe cálculo renal o infección. Todas las otras enfermedades renales no suelen presentarse con dolor.

Existe también el mito de que orinar bien es una señal de salud renal. En realidad, el control del agua corporal es apenas una de las atribuciones de los riñones. Inicialmente, el riñón se torna incapaz de filtrar las toxinas, sin embargo consigue eliminar agua sin mayores problemas. La reducción del volumen de orina es una señal tardía, que muchas veces sólo ocurre después que la insuficiencia renal está en una etapa de gravedad y el paciente necesita entrar en un programa de hemodiálisis.

Por lo tanto, el hecho de orinar en buenas cantidades y la ausencia de dolor en los riñones no es garantía de salud de los mismos.

La medición de la creatinina es importante para detectar la insuficiencia renal en fases precoces, evitando, así, las complicaciones de la enfermedad. Los riñones, además del control de agua corporal, también actúan en:

Excreción de sustancias sanguíneas, como remedios y toxinas.
Niveles sanguíneos de electrolitos, como potasio, sodio, magnesio, calcio y fósforo.
Producción de hormonas que controlan los glóbulos rojos (hematíes).
Control de la masa de los huesos.
Control de la función de coagulación de la sangre.
Control del pH de la sangre.
Control de la presión arterial.

La insuficiencia renal crónica es una enfermedad que suele progresar lentamente y de forma silenciosa a lo largo de los años, haciendo que todas las funciones arriba mencionadas estén comprometidas. No diagnosticar la enfermedad renal precozmente significa no actuar en tiempo hábil sobre esos problemas.

¿Quién debe medir la creatinina?

Creatinina

Cualquier individuo bajo riesgo de desarrollar la enfermedad renal, debe medir su creatinina sanguínea. Esto incluye personas que presentan:

- Hipertensión.
- Diabetes.
- Edad arriba de los 50 años.
- Historial familiar de riñones poliquísticos.
- Historial familiar de glomerulonefritis.
- Historial familiar de insuficiencia renal crónica.
- Uso crónico de antiinflamatorios.
- Infección urinaria de repetición.
- Cálculos renales de repetición.
- Edemas (hinchazón) sin causa definida.
- Anemia sin causa definida.
- Enfermedades cardiacas graves, principalmente insuficiencia cardiaca.
- Alteraciones en la orina como sangrado (en general se presenta como orina color de mate o Coca-Cola) o exceso de espuma (parece espuma de cerveza) que es una señal de proteinuria.
- Personas con adelgazamiento, pérdida del apetito, nauseas matinales y debilidad intensa sin causa aparente.
- Obesos.
- Fumadores.

Entonces, ¿qué hago para saber si mis riñones están funcionando correctamente?

La urea, también producida en el hígado después de la metabolización de las proteínas de la alimentación, es otro indicador, muy utilizado, de la función renal. En general, para la evaluación de los riñones, se solita la urea y la creatinina conjuntamente. Sin embargo la creatinina es un mejor indicador, ya que la urea puede ser alterada en casos de deshidratación, uso de diuréticos, sangrado digestivo, alimentación rica en proteínas, enfermedad del hígado, etc.

El raciocinio es simple: las dos sustancias (urea y creatinina) son producidas constantemente por el organismo y son eliminadas por los riñones. De este modo, su concentración se mantiene siempre estable. Si los riñones no funcionan bien, dichas sustancias comienzan a acumularse en la sangre. Por lo tanto, cuanto peor sea la función renal, más elevados serán los valores de urea y creatinina.

Además de las mediciones de creatinina y de urea, el médico también puede solicitar un examen simple de orina, llamado de EAS u orina tipo 1.

¿Cuáles son los valores normales de creatinina?

Los niveles normales de creatinina varían entre 0,6 – 1,2 mg/dl. No obstante, esos valores no son absolutos y deben ser interpretados por su médico. Como la creatinina es producida por los músculos, personas musculosas presentan tasas basales mayores. Un joven deportista puede presentar hasta 1,4 mh/dl de creatinina sin padecer enfermedad renal, mientras que una señora longeva y delgada, con 1,2 mg/dl, puede tener riñones enfermos. Por lo tanto, no se interpreta la creatinina como un valor absoluto. Se debe tomar en cuenta el sexo, la edad y el peso del paciente.

Por medio del resultado de creatinina, su médico puede calcular la tasa de filtración renal (también llamada de clearance de creatinina), que es básicamente el volumen de sangre filtrado por el riñón a cada minuto. Riñones normales filtran hasta 180 litros de sangre por día (aproximadamente 120 ml/min). Valores debajo de 60 ml/min son indicadores de insuficiencia renal crónica. 


Autor del artículo
Dr. Pedro Pinheiro. Médico egresado de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) en 2002. Diploma reconocido por la Universidad de Oporto, Portugal. Título de especialista en Medicina Interna de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) en 2005. Título de nefrólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y de la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN) en 2007. Título de Nefrólogo del Colegio Portugués de Nefrología.





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