El dolor de garganta, uno de los síntomas más comunes de la práctica médica, tanto en adultos como en niños, surge generalmente debido a un cuadro de faringitis y/o amigdalitis. En este texto, vamos a explicar las causas, los síntomas y el tratamiento contra el dolor de garganta.
Faringitis es el nombre dado a la inflamación de la faringe; amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Ambas presentan como principal síntoma el dolor de garganta. Como están anatómicamente próximas, es muy común que la faringe y las amígdalas se inflamen simultáneamente, un cuadro llamado de faringoamigdalitis. Pese a que se inflaman al mismo tiempo, algunas personas tienen predominantemente amigdalitis; mientras otras, faringitis. A lo largo de este texto, alternaré los términos faringitis y amigdalitis, sin embargo lo que vale para una también sirve para la otra.
La faringoamigdalitis puede ser causada por infecciones bacterianas o virales. La mayoría de los casos es de origen viral. Varios tipos de virus pueden causar faringitis y/o amigdalitis. La gripe es un ejemplo común de dolor de garganta de origen viral.
Las faringitis virales son procesos benignos que se resuelven espontáneamente, a diferencia de las faringitis o amigdalitis bacterianas, que pueden causar complicaciones, como abscesos y fiebre reumática. El dolor de garganta causado por bacterias debe ser siempre tratado con antibióticos (explico el porqué adelante).
¿Cómo distinguir una amigdalitis viral de una bacteriana?
La forma más correcta es a través de un examen llamado exudado faríngeo, que es la toma de una muestra realizada en el fondo de la garganta mediante el uso de un hisopo estéril. El análisis del material recogido por el hisopo logra identificar el agente infeccioso, sea una bacteria o un virus.
Pese a la ayuda del hisopo, existe un problema de orden práctico: la identificación del agente infeccioso demora por lo menos 48-72h. Por eso, muchas veces los médicos optan por iniciar el tratamiento basado en hallazgos clínicos. Incluso ya existen tests de laboratorio más rápidos para identificar las bacterias, pero no siempre resulta fácil recoger y enviar el material para su análisis.
Explicaremos a continuación cómo distinguir una faringitis viral de una faringitis bacteriana apenas con elementos clínicos.
Síntomas de la faringitis / Síntomas de la amigdalitis
Los síntomas de la amigdalitis/faringitis son:
Dolor de garganta.
Fiebre.
Dolores de cuerpo.
Dolor de cabeza.
Postración.
Todos los síntomas citados arriba son comunes tanto en infecciones virales como en bacterianas. Son necesarios, por lo tanto, otros elementos para distinguir unas de otras.
Normalmente las faringitis virales vienen acompañadas de otras señales de infección de las vías respiratorias, como tos, estornudos, constipación nasal, conjuntivitis y/o ronquidos. Las infecciones respiratorias de origen viral no suelen causar síntomas restringidos a la faringe o amígdala. Otra pisa es que en la faringitis viral, pese a que la garganta queda muy inflamada, no suele haber pus.
En cambio, las amigdalitis causadas por bacterias, además de no presentar los síntomas respiratorios descritos arriba, suelen causar puntos de pus en las amígdalas y aumento de los linfonodos (ganglios) del cuello. La faringitis bacteriana también puede causar edema de la úvula y petequias (puntos hemorrágicos) en el paladar. La fiebre de la infección bacteriana suele ser más alta que en el caso de la viral, sin embargo eso no es una regla, ya que existen casos de gripe con fiebre muy alta.
Como se puede apreciar, la distinción entre faringitis virales y bacteriana es importante, ya que los tratamientos son diferentes. Si hubiese sospecha de faringitis viral, lo indicado es reposo, hidratación y medicamentos para aliviar síntomas. Si el cuadro sugiere faringitis bacteriana, debemos iniciar antibióticos con vistas no sólo a acelerar el proceso de cura, sino también la prevención de las complicaciones y de la transmisión a otras personas de la familia, principalmente aquellas con contacto íntimo y prolongado.
Complicaciones de las faringitis / amigdalitis bacterianas
Entre las complicaciones de las faringitis bacterianas, la principal es la fiebre reumática, que ocurre principalmente en jóvenes y niños.
La escarlatina es una enfermedad causada por una infección por medio de la bacteria Streptococcus. Se presenta como faringitis, fiebre y rash difuso.
La glomerulonefritis postestreptocócica es una lesión renal también causada por la misma bacteria Streptococcus. Suele acompañarse de hipertensión, presencia de sangre en la orina [lea: HEMATURIA (ORINA CON SANGRE)] e insuficiencia renal aguda.
Existe un tipo de psoriasis, llamada psoriasis guttata, que está relacionada a la faringitis por el Streptococcus. Son lesiones de piel que surgen siempre que hay una infección de garganta, y que desaparecen después de su cura.
Tratamiento de la amigdalitis / Tratamiento de la faringitis
Para evitar las complicaciones de las amigdalitis bacterianas descritas arriba, el tratamiento debe ser siempre hecho con antibióticos. En la mayoría de los casos, en 48 horas ya hay una buena mejoría de los síntomas.
El tratamiento con antibióticos derivados de la penicilina, como amoxicilina, debe realizarse por 10 días. En los pacientes alérgicos a la penicilina una opción es la Azitromicina por 5 días. En aquellos enfermos con un intenso edema de la faringe, que no logran tragar comprimidos, o en aquellos que no desean tomar medicamentos por varios días, una opción es la inyección intramuscular de penicilina Benzatina, el famoso Benzetacil, administrado en dosis única.
Si los síntomas de la faringitis bacteriana fueran muy fuertes, mientras se espera el efecto de los antibióticos, puede usarse antiinflamatorios para aliviar la inflamación de la garganta. Pero atención: los antiinflamatorios son apenas medicamentos para aliviar síntomas, no tratan la infección bacteriana.
Las faringitis virales normalmente duran apenas cuatro o cinco días y se curan por sí solas. No es necesario, ni es indicado, el uso de antibióticos. Si los síntomas fuesen muy incómodos, puede usarse antiinflamatorios por dos o tres días. El resto es reposo y buena hidratación.
Tratamientos alternativos:
Miel: no existe ningún trabajo que haya conseguido demostrar el beneficio de la miel.
Propóleos: presenta efecto antiinflamatorio pequeño. Funciona mucho menos que cualquier antiinflamatorio común.
Papaína: además de no mejorar, en grandes cantidades puede empeorar la inflamación.
No existen trabajos que prueben la eficacia de la homeopatía o fitoterapia en el tratamiento de las faringitis. El tiempo de enfermedad y la incidencia de complicaciones es igual al placebo.
Quien quiera alivio sintomático sin tomar muchos medicamentos, lo ideal es realizar varias gárgaras diarias con agua tibia y una pizca de sal.
La retirada de las amígdalas (amigdalectomia) es una opción en los niños que presentan más de seis episodios de faringitis estreptocócica por año. Como la incidencia de las complicaciones es mucho menor en adultos, en este grupo la indicación de amigdalectomia es más discutida, pues existe la posibilidad de no conseguir una mejoría, haciendo apenas que el paciente deje de tener crisis de amigdalitis y pase a tener crisis de faringitis, lo que al final da lo mismo.
En pacientes con infecciones de garganta de repetición pueden formarse criptas (pequeños agujeros) en las amígdalas. Éstas acumulan cáseo (o caseum), una sustancia amarillenta, parecida a la pus, que es en realidad restos celulares de procesos inflamatorios antiguos. El cáseo puede causar mal aliento en personas con amigdalitis/faringitis crónica.
Faringitis es el nombre dado a la inflamación de la faringe; amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Ambas presentan como principal síntoma el dolor de garganta. Como están anatómicamente próximas, es muy común que la faringe y las amígdalas se inflamen simultáneamente, un cuadro llamado de faringoamigdalitis. Pese a que se inflaman al mismo tiempo, algunas personas tienen predominantemente amigdalitis; mientras otras, faringitis. A lo largo de este texto, alternaré los términos faringitis y amigdalitis, sin embargo lo que vale para una también sirve para la otra.
Antes de continuar, es bueno estudiar el dibujo que aparece al lado para saber de qué estructuras hablaré a continuación. Todas ellas pueden ser vistas al abrir la boca frente a un espejo.
La faringoamigdalitis puede ser causada por infecciones bacterianas o virales. La mayoría de los casos es de origen viral. Varios tipos de virus pueden causar faringitis y/o amigdalitis. La gripe es un ejemplo común de dolor de garganta de origen viral.
Las faringitis virales son procesos benignos que se resuelven espontáneamente, a diferencia de las faringitis o amigdalitis bacterianas, que pueden causar complicaciones, como abscesos y fiebre reumática. El dolor de garganta causado por bacterias debe ser siempre tratado con antibióticos (explico el porqué adelante).
¿Cómo distinguir una amigdalitis viral de una bacteriana?
La forma más correcta es a través de un examen llamado exudado faríngeo, que es la toma de una muestra realizada en el fondo de la garganta mediante el uso de un hisopo estéril. El análisis del material recogido por el hisopo logra identificar el agente infeccioso, sea una bacteria o un virus.
Pese a la ayuda del hisopo, existe un problema de orden práctico: la identificación del agente infeccioso demora por lo menos 48-72h. Por eso, muchas veces los médicos optan por iniciar el tratamiento basado en hallazgos clínicos. Incluso ya existen tests de laboratorio más rápidos para identificar las bacterias, pero no siempre resulta fácil recoger y enviar el material para su análisis.
Explicaremos a continuación cómo distinguir una faringitis viral de una faringitis bacteriana apenas con elementos clínicos.
Síntomas de la faringitis / Síntomas de la amigdalitis
Los síntomas de la amigdalitis/faringitis son:
Dolor de garganta.
Fiebre.
Dolores de cuerpo.
Dolor de cabeza.
Postración.
Todos los síntomas citados arriba son comunes tanto en infecciones virales como en bacterianas. Son necesarios, por lo tanto, otros elementos para distinguir unas de otras.
Faringitis viral |
En cambio, las amigdalitis causadas por bacterias, además de no presentar los síntomas respiratorios descritos arriba, suelen causar puntos de pus en las amígdalas y aumento de los linfonodos (ganglios) del cuello. La faringitis bacteriana también puede causar edema de la úvula y petequias (puntos hemorrágicos) en el paladar. La fiebre de la infección bacteriana suele ser más alta que en el caso de la viral, sin embargo eso no es una regla, ya que existen casos de gripe con fiebre muy alta.
Amigdalitis bacteriana - pus en las amígdalas |
La presencia de pus y ganglios aumentados en la región del cuello habla muy a favor de una faringitis bacteriana. Entretanto, algunas infecciones virales, como la mononucleosis infecciosa también pueden desarrollarse con estos hallazgos.
La mononucleosis es causada por el virus Epstein-Barr y suele presentarse con fiebre, amigdalitis purulenta y aumento de linfonodos en la región posterior del cuello (contrario a la amigdalitis bacteriana que presenta aumento de los linfonodos de la región anterior al cuello). Otras señales y síntomas posibles son el aumento del bazo, pérdida de peso, cansancio extremo y señales de hepatitis. El cuadro de mononucleosis puede ser fácilmente confundido con una faringoamigdalitis bacteriana. La prescripción de antibióticos, como la Amoxicilina, en enfermos con mononucleosis puede conducir a un cuadro de alergia, con el aparecimiento de manchas rojas extendidas por todo el cuerpo.
Faringitis bacteriana - puntos hemorrágicos |
Complicaciones de las faringitis / amigdalitis bacterianas
Entre las complicaciones de las faringitis bacterianas, la principal es la fiebre reumática, que ocurre principalmente en jóvenes y niños.
La escarlatina es una enfermedad causada por una infección por medio de la bacteria Streptococcus. Se presenta como faringitis, fiebre y rash difuso.
La glomerulonefritis postestreptocócica es una lesión renal también causada por la misma bacteria Streptococcus. Suele acompañarse de hipertensión, presencia de sangre en la orina [lea: HEMATURIA (ORINA CON SANGRE)] e insuficiencia renal aguda.
Existe un tipo de psoriasis, llamada psoriasis guttata, que está relacionada a la faringitis por el Streptococcus. Son lesiones de piel que surgen siempre que hay una infección de garganta, y que desaparecen después de su cura.
Tratamiento de la amigdalitis / Tratamiento de la faringitis
Para evitar las complicaciones de las amigdalitis bacterianas descritas arriba, el tratamiento debe ser siempre hecho con antibióticos. En la mayoría de los casos, en 48 horas ya hay una buena mejoría de los síntomas.
El tratamiento con antibióticos derivados de la penicilina, como amoxicilina, debe realizarse por 10 días. En los pacientes alérgicos a la penicilina una opción es la Azitromicina por 5 días. En aquellos enfermos con un intenso edema de la faringe, que no logran tragar comprimidos, o en aquellos que no desean tomar medicamentos por varios días, una opción es la inyección intramuscular de penicilina Benzatina, el famoso Benzetacil, administrado en dosis única.
Si los síntomas de la faringitis bacteriana fueran muy fuertes, mientras se espera el efecto de los antibióticos, puede usarse antiinflamatorios para aliviar la inflamación de la garganta. Pero atención: los antiinflamatorios son apenas medicamentos para aliviar síntomas, no tratan la infección bacteriana.
Las faringitis virales normalmente duran apenas cuatro o cinco días y se curan por sí solas. No es necesario, ni es indicado, el uso de antibióticos. Si los síntomas fuesen muy incómodos, puede usarse antiinflamatorios por dos o tres días. El resto es reposo y buena hidratación.
Tratamientos alternativos:
Miel: no existe ningún trabajo que haya conseguido demostrar el beneficio de la miel.
Propóleos: presenta efecto antiinflamatorio pequeño. Funciona mucho menos que cualquier antiinflamatorio común.
Papaína: además de no mejorar, en grandes cantidades puede empeorar la inflamación.
No existen trabajos que prueben la eficacia de la homeopatía o fitoterapia en el tratamiento de las faringitis. El tiempo de enfermedad y la incidencia de complicaciones es igual al placebo.
Quien quiera alivio sintomático sin tomar muchos medicamentos, lo ideal es realizar varias gárgaras diarias con agua tibia y una pizca de sal.
La retirada de las amígdalas (amigdalectomia) es una opción en los niños que presentan más de seis episodios de faringitis estreptocócica por año. Como la incidencia de las complicaciones es mucho menor en adultos, en este grupo la indicación de amigdalectomia es más discutida, pues existe la posibilidad de no conseguir una mejoría, haciendo apenas que el paciente deje de tener crisis de amigdalitis y pase a tener crisis de faringitis, lo que al final da lo mismo.
En pacientes con infecciones de garganta de repetición pueden formarse criptas (pequeños agujeros) en las amígdalas. Éstas acumulan cáseo (o caseum), una sustancia amarillenta, parecida a la pus, que es en realidad restos celulares de procesos inflamatorios antiguos. El cáseo puede causar mal aliento en personas con amigdalitis/faringitis crónica.
Autor del artículo
Dr. Pedro Pinheiro. Médico egresado de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) en 2002. Diploma reconocido por la Universidad de Oporto, Portugal. Título de especialista en Medicina Interna de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) en 2005. Título de nefrólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y de la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN) en 2007. Título de Nefrólogo del Colegio Portugués de Nefrología.
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