¿Qué es un perfil
lipídico?
Un perfil lipídico es un grupo de pruebas solicitadas generalmente de forma
conjunta para determinar el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. Las
pruebas que conforman un perfil lipídico han mostrado ser buenos indicadores de
la posibilidad de presentar un infarto de miocardio o un accidente vascular
cerebral provocados por obstrucción de los vasos sanguíneos o por
endurecimiento de las arterias (aterosclerosis). El perfil lipídico típico
incluye:
- colesterol total
- colesterol HDL, a menudo conocido
como colesterol bueno
- colesterol LDL, a menudo conocido
como colesterol malo
- triglicéridos
Un perfil lipídico más
extenso puede también incluir:
- colesterol VLDL
- colesterol no-HDL
A veces, el informe incluye
algunos cálculos adicionales como el cociente entre colesterol total y
colesterol HDL, o un índice de riesgo establecido a partir de los resultados
del perfil lipídico, la edad, el sexo y otros factors de riesgo. El médico le
informará acerca de lo que pueden significar estos resultados.
¿Cómo se obtiene la
muestra para el análisis?
Extracción de la muestra por punción de una vena del antebrazo o a veces por
punción directa en un dedo. Esta alternativa es la que se utiliza cuando se
pretende analizar la muestra en un dispositivo portátil. Es necesario haber
estado en ayunas durante 9-12 horas; es posible que se le permita beber agua.
¿Cómo se utiliza el
perfil lipídico?
El perfil lipídico se
utiliza para determinar el riesgo de enfermedad cardíaca y como guía para
decidir como debe ser tratada una persona en situación de riesgo. Los resultados
del perfil lipídico se consideran conjuntamente con otros factores de
riesgo conocidos de enfermedad cardíaca para proporcionar un plan de
tratamiento y seguimiento. En función del perfil lipídico y de otros factores
de riesgo se plantean distintas alternativas terapéuticas que incluyen cambios
en el estilo de vida como dieta y ejercicio físico, o tratamiento con fármacos
como estatinas.
¿Cuándo se solicita?
Se recomienda el estudio a adultos sanos sin factores de riesgo conocidos
de enfermedad cardíaca, cada cinco años. Es posible que tan sólo se le solicite
el colesterol en lugar de un perfil lipídico completo, aunque si el colesterol
resulta elevado, es muy probable que se le realice el estudio completo.
Si existen otros factores de
riesgo o se tiene (o se había tenido anteriormente) el colesterol elevado, se
recomienda la realización del perfil lipídico completo de manera más frecuente.
El perfil lipídico no suele
solicitarse en niños ni en adolescentes sin riesgo. No obstante, sí que se
recomienda su realización en niños y jóvenes con riesgo aumentado de
desarrollar enfermedad cardíaca. Algunos factores de riesgo son parecidos a los
de los adultos e incluyen una historia familiar de enfermedad
cardíaca, diabetes, hipertensión arterial o sobrepeso. A los niños con
riesgo elevado se les debería de solicitar el perfil lipídico entre los 2
y los 10 años de edad (según recomienda la American
Academy of Pediatrics).
También puede solicitarse
regularmente el perfil lipídico como monitorización del tratamiento (dieta,
ejercicio o estatinas) para evaluar si ha resultado efectivo.
¿Cuáles son los
factores de riesgo de enfermedad cardíaca coronaria (además de tener un
colesterol LDL aumentado)?
Entre los factores de riesgo se incluyen:
- tabaquismo
- edad (varones mayores de 45 años;
mujeres mayores de 55 años)
- colesterol HDL disminuido
(inferior a 40 mg/dL - 1.04 mmol/L)
- hipertensión (presión sanguínea
140/90) o estar siguiendo un tratamiento para normalizar una hipertensión
- historia familiar de enfermedad
cardíaca prematura (enfermedad cardíaca en familiares de primer orden,
menores a 55 años si son varones, o menores a 65 años si son mujeres)
- diabetes
Nota: el hecho de tener unos
niveles de colesterol HDL elevados (superiores a 60 mg/dL) se considera como un
"factor de riesgo negativo", y su presencia contribuye a poder
eliminar, del total de factores de riesgo, a uno de ellos
¿Qué significa el
resultado?
Normalmente, para establecer la necesidad o no de tratamiento y el
más indicado en cada situación, el médico considera cada uno de los
resultados del perfil lipídico así como posibles factores de riesgo. El National Cholesterol Educaction
Program proporciona las siguientes pautas:
Colesterol LDL
Óptimo:
inferior a 100 mg/dL (2.59 mmol/L)
Subóptimo: 100-129 mg/dL (2.59-3.34 mmol/L)
Límite alto: 130-159 mg/dL (3.37-4.12 mmol/L)
Alto:
160-189 mg/dL (4.15-4.90 mmol/L)
Muy alto: superior a 190 mg/dL (4.90 mmol/L)
Colesterol total
Deseable:
inferior a 200 mg/dL (5.18 mmol/L)
Límite alto: 200-239 mg/dL (5.18-6.18 mmol/L)
Alto: mayor o
igual a 240 mg/dL (6.22 mmol/L)
Colesterol HDL
Bajo riesgo: inferior
a 40 mg/dL (1.0 mmol/L) en hombres e inferior a 50 mg/dL (1.3 mmol/L) en
mujeres
Riesgo promedio: 40-50 mg/dL (1.0-1.3 mmol/L) en hombres y 50-59 mg/dL (1.3-1.5
mmol/L) en mujeres
Inferior al riesgo promedio: mayor o igual a 60 mg/dL (1.55 mmol/L) tanto
en hombres como en mujeres
Triglicéridos
Deseable:
inferior a 150 mg/dL (1.70 mmol/L)
Subóptimo: 150-199 mg/dL (1.7-2.2 mmol/L)
Alto: 200-499
mg/dL (2.3-5.6 mmol/L)
Muy alto: mayor o igual a 500 mg/dL (5.6 mmol/L)
Las categorías de riesgo para
niños y adolescentes son distintas de las de los adultos; el pediatra le
informará acerca de los resultados de su hijo.
¿Cómo se determina el
tratamiento?
El tratamiento está basado en el riesgo global de presentar enfermedad cardíaca
coronaria. Se asigna un valor diana de colesterol-LDL. Si el resultado de la
concentración de colesterol-LDL está por encima del valor diana, es necesario
el tratamiento. El valor diana de colesterol-LDL es:
- colesterol-LDL menor de 100 mg/dL
(2.59 mmol/L) si se tiene enfermedad cardíaca o diabetes.
- colesterol-LDL menor de 130 mg/dL
(3.37 mmol/L) si se presentan 2 ó más factores de riesgo.
- colesterol-LDL menor de 160 mg/dL
(4.14 mmol/L) si se presentan menos de 2 factores de riesgo.
El primer paso en el
tratamiento de una concentración elevada de colesterol-LDL se centra en los
cambios de estilo de vida, específicamente mediante dietas bajas en colesterol,
en grasas saturadas y en grasas trans no saturadas y en la realización de
ejercicio moderado. Puede ser necesario el consejo de un dietista acerca de los
cambios dietéticos.
Si las dietas bajas
en grasas y el ejercicio no consiguen disminuir el colesterol-LDL hasta el
valor diana, el siguiente paso será el tratamiento farmacológico. Varias clases
de fármacos son efectivos para disminuir el colesterol-LDL; seguramente se le
prescribirá alguno de ellos. El colesterol-LDL se irá determinando a intervalos
regulares para asegurarse de que el fármaco es efectivo. Si el fármaco no
permite alcanzar el valor diana de colestero-LDL, es posible que el
médico aumente la dosis del fármaco o, posiblemente, añada un segundo
fármaco.
¿Hay algo más que
debería saber?
Existe un interés creciente en medir los triglicéridos en personas que no han
guardado el ayuno normalmente recomendado, ya que la muestra así
obtenida sería más representativa de la concentración habitual de
triglicéridos en la persona en cuestión (los niveles de lípidos a lo largo del
día reflejan mayoritariamente los niveles post-prandiales -después de
comer- y no los de los periodos de ayuno). Sin embargo, de momento,
no se sabe con certeza cómo se deberían de interpretar estos niveles
de cara a establecer un riesgo, por lo que no se ha introducido todavía
ninguna modificación a las recomendaciones actuales.
. ¿Si el resultado de
una determinación de colesterol ha sido menor de 200 mg/dL (5.18 mmol/L),
es necesario realizar un perfil lipídico?
Si el colesterol total está por debajo de 200 mg/dL (5.18 mmol/L) y no se
presenta historia familiar de enfermedad cardíaca u otros factores de riesgo,
probablemente no es necesario realizar un perfil lipídico completo. Sin
embargo, puede ser aconsejable una determinación del colesterol-HDL para
asegurarse de que éste no es bajo. Diversos programas de cribado incluyen
actualmente tanto el colesterol total como el colesterol-HDL.
2. En el informe del
perfil lipídico la concentración de triglicéridos es alta, y por otra parte, no
constan los valores del colesterol-LDL. ¿Por qué?
En la mayoría de perfiles lipídicos realizados con finalidades de cribaje, el
colesterol-LDL se calcula a partir de las otras determinaciones. No obstante,
este cálculo no es válido cuando la concentración de triglicéridos es superior
a 400 mg/dL (4.52 mmol/L). Para obviar este problema, cuando los triglicéridos
superan esta cifra debe realizarse otras pruebas especiales, como la medida del
colesterol-LDL directo o una ultracentrifugación que permita separar las
distintas fracciones lipídicas.
3. ¿Qué es el
colesterol-VLDL?
La lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) es una de las tres partículas
lipoproteicas principales. Las otras dos son la lipoproteína de alta densidad (HDL)
y la lipoproteína de baja densidad (LDL). Cada una de estas partículas contiene
una mezcla de colesterol, proteínas y triglicéridos, pero en cantidades
variables propias de cada tipo de partícula. La LDL es la que contiene mayor
cantidad de colesterol. La HDL es la que contiene mayor cantidad de proteínas.
La VLDL es la que contiene mayor cantidad de triglicéridos. Debido a que la
VLDL contiene la mayoría de triglicéridos circulantes y a que las composiciones
de las diferentes partículas son relativamente constantes, es posible estimar
la cantidad de colesterol-VLDL dividiendo la concentración de triglicéridos (en
mg/dL) por 5. Actualmente, no existe un método directo simple para determinar
la concentración de colesterol-VLDL, por lo que en la mayoría de laboratorios
se utiliza la estimación calculada a partir de la concentración de
triglicéridos. Este cálculo no es válido cuando la concentración de
triglicéridos es superior a 400 mg/dL. Se ha observado que concentraciones
elevadas de colesterol-VLDL se asocian a mayor riesgo de enfermedad cardíaca y
accidente vascular cerebral.
4. ¿Qué es el
colesterol no-HDL?
El colesterol no-HDL
se calcula restando el colesterol-HDL del colesterol total, y representa el
colesterol aterogénico, es decir, el colesterol que puede acumularse en las
arterias, formando placas y originando estrechamiento y obstrucciones de
los vasos sanguíneos. Este cálculo no se afecta por tener concentraciones altas
de triglicéridos (como sucede para el colesterol-VLDL). El colesterol no-HDL
puede ser útil para establecer el riesgo de enfermedad cardiovascular,
especialmente si las concentraciones de triglicéridos son altas, debido a que
el colesterol no-HDL se asocia a mayor riesgo. Según recomienda el National Education Cholesterol Program,
en el epígrafe referente al plan III de tratamiento en adultos, si los niveles
de triglicéridos son superiores a 200 mg/dL, el colesterol no-HDL puede
utilizarse como una segunda diana de tratamiento (cambios en el estilo de vida
y fármacos) para disminuir los niveles de lípidos en sangre.
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